El turismo es uno de los sectores con crecimiento más rápido y mayores beneficios de la última década, y en muchos países supone una fuente de ingresos fundamental. Genera un gran número de puestos de trabajo y ha permitido revitalizar la economía local de muchas áreas. El lado negativo, sin embargo, es la enorme huella ecológica que puede dejar si no se tienen en cuenta algunas consideraciones que minimicen su impacto medioambiental. Además de esto, el turismo contribuye a la dislocación social, la degradación del patrimonio cultural y la dependencia económica.
Todo esto, junto con la concienciación social que se está produciendo por la necesidad de cuidar de nuestro entorno, ha hecho que surja el llamado turismo sostenible. Se trata de una alternativa al turismo tradicional con la que se busca reducir al máximo su impacto negativo, respetando a la población local, el medioambiente y el patrimonio cultural de la zona. Este tipo de turismo goza cada vez de más popularidad y la tendencia indica que en los próximos años será la forma más habitual de viajar.
Los destinos de playa son los más habituales en verano y algunos de los que más sufren por la llegada masiva de turistas. Te contamos lo que puedes hacer para que tus vacaciones sean más sostenibles.
Compra producto local
En verano, en las zonas costeras suelen inflarse bastante los precios por la afluencia de gente. Si quieres ahorrar algo de dinero y ayudar a la sostenibilidad, compra productos locales (frutas, verduras, pescado…) y prioriza los restaurantes pequeños frente a las grandes cadenas.
No ensucies el mar
Seguramente para muchos no sea necesario recordar este punto, pero la experiencia nos dice que en pleno siglo XXI mucha gente sigue confundiendo el mar, la playa y la ciudad con un basurero. No tirar al suelo nuestros residuos y mantener todo limpio es una forma muy fácil de no enturbiar la vida de los residentes de las zonas costeras.
En el caso del mar, es una verdadera necesidad: los plásticos, bolsas y latas vacías que acaban en el mar dañan el fondo marino y afectan a las especies animales que viven en él. En muchos casos, los ingieren o les hieren con consecuencias trágicas. Así que, no solo no tires plástico al mar, evita en la medida de lo posible utilizarlo. Hazlo solo cuando sea imprescindible, reutiliza y recicla.
Reserva alojamientos eco-friendly
Algunos alojamientos tienen políticas a favor del cuidado del medio ambiente y se comprometen a contaminar lo menos posible. Aunque no son muchos, es interesante valorar estas opciones a la hora de reservar el alojamiento. Además, ten en cuenta que en casi todas partes se aplica un impuesto turístico que sirve para contribuir al pago de los servicios que utilizamos cuando estamos de visita en algún lugar.
Respeta las costumbres de la zona
Es importante adaptarte a los horarios y a las normas sociales del lugar al que viajes. Sobre todo, recuerda que, aunque tú estés de vacaciones, no todo el mundo tiene por qué estarlo. Respeta las horas de descanso y no molestes con música o ruido de madrugada.
Cuida de la flora y la fauna
A muchos nos gusta bucear para observar a los peces y otras especies, pero acercarte demasiado a ellos y molestarlos puede dañarlos, incluso aunque no seamos conscientes de ello. Tampoco los captures o los cojas para fotografiarte con ellos, ni te lleves nada a casa a modo de “recuerdo”.
Souvenirs
La mejor forma de contribuir al turismo sostenible y fomentar la economía local es comprar cosas hechas a mano por los locales. Especialmente, cuidado con los recuerdos que contribuyan a la extinción de especies que se encuentran protegidas o a la caza furtiva.
Utiliza el transporte público
Este consejo, además de sostenible, es bueno para tu bolsillo. Aprovecha las vacaciones para caminar o ir en bicicleta y, si tienes que desplazarte más lejos, coge transporte público.
Haz un consumo responsable de agua
A menudo, cuando estamos de vacaciones aprovechamos para tomar baños y largas duchas, ya que no pagamos las facturas. En su lugar, piensa que tienes disponible el mar o la piscina para refrescarte, y que el agua es un recurso escaso que no hay que desperdiciar.
