La charrería, tradición que fomenta la mexicanidad

La charrería, tradición que fomenta la mexicanidad


La charrerà­a es una de las tradiciones que mayor fomentan la mexicanidad. A esta actividad festiva también se le conoce como charreada y jaripeo. La charrerà­a se desarrolla en escenarios particulares, denominados como lienzos charros. Es allà­ en donde se reúnen numerosas personas para disfrutar de emocionantes acrobacias hà­picas y también para apoyar a sus charros predilectos. Y tal y como sucede con muchas de las actividades asociadas a los entornos rurales de nuestro paà­s, en los jaripeos nunca falta la música de banda y tamborazo, llenando de júbilo el ambiente.

Los orà­genes de la charrerà­a se remontan a los dà­as de la Conquista, cuando los españoles organizaron ciertas dinámicas ganaderas en los territorios colonizados. En el siglo XVI, se desarrollo a tal grado la ganaderà­a en la Nueva España, que aparecieron organizaciones dedicadas a su cabal reglamentación. En las directrices que estas organizaciones plantearon, se señalaba la necesidad de llevar a cabo un rodeo semanal de ganado caballar y vacuno, para asà­ separar los animales mezclados. Por las necesidades tà­picas de las actividades del campo, se difundió la utilización de caballos sin distinción de castas y además, las faenas asociadas al cuidado y entrenamiento de los corceles. Este fue el crisol de la charrerà­a actual.



Para los inicios del siglo XX, en los ranchos mexicanos se continuaba practicando la charrerà­a, pero ya no solo como una necesidad cotidiana, sino también como actividad deportiva. Era un conjunto de divertimentos extremos, con el que los trabajadores campestres ocupaban sus ratos de ocio. Los charros, en esencia, eran personas que añoraban las faenas asociadas al trabajo campestre y por ello, comenzaron a reunirse para ejecutarlas como deporte, en las localidades donde habitaban.

De esta manera, en 1921 se creó la primera asociación de charros. Hoy en dà­a existen cerca de 900 asociaciones de este tipo, en nuestro paà­s. Todas ellas comparten un mismo objetivo: el fomento de ciertos ejercicios fà­sicos, relacionados con la equitación mexicana y los trajes, costumbres y artes de nuestra nación. A las suertes que los charros efectúan en los lienzos con fines de competencia, se les denominan "suertes charras". Tales acrobacias hà­picas y ganaderas surgieron en el campo y de todas ellas se eligieron diez de las más representativas. Estas últimas son las que se presentan en los jaripeos, comúnmente. De entre las suertes charras más espectaculares, hay que mencionar: el jineteo de toro, el jineteo de caballo, las manganas a pie, manganas a caballo y el paso de la muerte.



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