San Sebastián, capital de Guipúzcoa, ofrece grandes atractivos como su bonito casco antiguo, sus magníficos bares de pintxos o su famosa playa de la Concha
San Sebastián, la capital de la pequeña Guipúzcoa, es una de las ciudades más bonitas de todo el País Vasco. Es un lugar tranquilo y agradable, lleno de parajes naturales. San Sebastián, quien fuera en un tiempo pueblo de pescadores, es hoy en día una ciudad maravillosa que acoge a miles de turistas cada año. En su casco antiguo encontraremos calles estrechas llenas de bares, tiendas y restaurantes. Su Plaza fue durante un tiempo una plaza de toros y hoy día es uno de los lugares más frecuentados por los donostiarras y por aquellos que visitan la ciudad. Además, su bonito casco antiguo nos lleva hasta el mar y el puerto, el lugar donde llegan numerosos barcos pesqueros.
La Catedral de San Sebastián, es otro de los muchos atractivos de la ciudad. Cuenta con un estilo neogótico y data del siglo XIX. Su alta torre de 75 metros puede verse desde prácticamente todos los puntos de la ciudad. Por otro lado, el Castillo de la Santa Cruz de la Mota, está situado en el monte Urgull, en el lugar de una antigua fortaleza. Es un lugar que, si tenemos tiempo, merece la pena visitar, ya que subir a este monte para llegar a él, puede resultarnos un paseo de lo más agradable. Lo mismo sucede con su Museo Naval y su Aquarium. En este último, encontraremos un bonito museo-acuario con multitud de peces y animales marinos. Paseando bajo su túnel de 360 grados, estaremos haciendo un recorrido por la historia del mundo marino y de su flora y fauna.
San Sebastián o Donostia, tiene además tres bonitas playas, La Concha, Ondarreta y La Zurriola. Entre ellas, la más bonita y famosa es la de La Concha, considerada además como una de las playas más bellas de toda Europa. El nombre de la playa proviene, precisamente, de su forma, ya que recuerda a una concha marina. Esta playa junto con la de Ondarreta y los montes Urgüll e Igeldo, constituyen una bahía con una isla en el centro llamada Isla de Santa Clara. En esta isla encontraremos, sin duda, uno de los paisajes más bonitos de toda la ciudad. La playa de La Concha cuenta además con 1.300 metros de longitud y 54.000 metros cuadrados. Es una preciosa playa de arenas doradas, declarada en 2007 como uno de los doce Tesoros de España.
En San Sebastián no podemos dejar de probar sus exquisitos pintxos y mariscos
Y, por supuesto, no debemos olvidarnos de la maravillosa gastronomía que ofrece San Sebastián a sus visitantes. En sus restaurantes encontraremos una gran variedad de platos típicos, destacando los mariscos como especialidad. Y si en lugar de ir a un restaurante preferimos ir de pintxos, no os preocupéis, ya que en San Sebastián encontraremos bares de pintxos de lo más variados. Lo mejor es entrar en el bar que más nos llame la atención y sentarnos a disfrutar de esos pintxos que más atraigan a nuestra vista.
Después de haber disfrutado de la gastronomía de la ciudad, podemos dirigirnos a Zurriola, uno de los tres puentes de San Sebastián desde donde puede contemplarse el río Urumea. Detrás de él se encuentra el Kursaal, lugar donde se realizan muchos eventos culturales de la ciudad como el Jazzaldía o el Festival Internacional de Cine. Y para terminar, no podemos dejar de mencionar la que es una de las visitas más emblemáticas de San Sebastián, el Peine del Viento, que se ha convertido en uno de los símbolos que identifican a esta ciudad. Se trata de una escultura abstracta de Eduardo Chillida que se encuentra en la playa de la Ondarreta. Fue colocada estratégicamente sobre las rocas para que la escultura hiciese honor a su nombre y actuase como peine del viento junto al mar.
San Sebastián es, en definitiva, un destino turístico idóneo para cualquier tipo de viaje, familiar, con amigos, o con pareja. Tanto en verano como en invierno, la ciudad de San Sebastián, es un magnífico lugar para descansar y para pasarlo en grande. La intensidad de su vida cultural, su exquisita gastronomía y la elegancia y belleza de su arquitectura, harán que no queramos marcharnos de esta acogedora ciudad.
