Los Acantilados de Moher y las Islas de Aran

Los Acantilados de Moher y las Islas de Aran


Irlanda esconde multitud de lugares bellos y únicos. Un perfecto ejemplo de esto son los Acantilados de Moher y las Islas de Aran. Estos lugares llevan siendo visitados por turistas de todo el mundo desde hace siglos, debido al incomparable paisaje que ofrecen.

Los Acantilados de Moher se elevan unos 120 metros por encima del Océano Atlántico, y se extienden a lo largo de 8 kilómetros por la costa, alcanzando en algunos puntos los 240 metros de altura. Estos acantilados están considerados como los más altos de Europa, no aptos para personas con vértigo.

Se encuentran en una zona prácticamente deshabitada, a 45 minutos del pueblo de Galway. No obstante, merece la pena visitarlos, ya que ofrecen una de las más espectaculares vistas que pueden encontrarse en Irlanda.

Caminando por un sendero que permitirá al visitante recorrer por completo los acantilados, se llega hasta la 'Obrien's Tower', una torre erigida en 1835 por Sir Cornellius O'Brien como mirador para los turistas que acudà­an ya en esa época, a maravillarse con las vistas de los Acantilados de Moher.

Todas las guà­as y libros de viajes que hablan sobre la zona, insisten en que, si se va a ver los Acantilados de Moher, el visitante no debe perder la oportunidad de coger un ferry y acercarse a las pequeñas y famosas Islas de Aran, que se pueden ver desde los acantilados.



Este pequeño archipiélago de 3 islas (Inishmore, Inishmaan e Inisheer) alcanzó su notoriedad turà­stica en 1934, gracias al documental 'Los Hombres de Aran', de Robert J. Flaherty, que narraba la lucha constante por la supervivencia de los habitantes de Aran contra la naturaleza. Las islas se han convertido en la actualidad en un lugar destinado a un turismo menos masivo, lo que sigue conservando su estilo de vida único.

Estas islas ofrecen al visitante un acercamiento a la cultura irlandesa auténtica, y a sus tradiciones. Los habitantes de Aran casi no hablan el inglés, y su idioma oficial es el gaélico. Aparte de poseer impresionantes playas, acantilados y paisajes agrestes de belleza incomparable, las Islas de Aran son ricas en monumentos megalà­ticos y castros celtas. Sólo en la isla principal, Innishmore, se concentra el mayor número de fortalezas y edificaciones de la Edad del Hierro de toda esta zona del Atlántico.

Es imprescindible mencionar Dun Aengus a la hora de hablar de los yacimientos arqueológicos de las Islas de Aran. En este lugar se esconden algunos de los tesoros más valiosos de las islas. Se trata de un fuerte de rocas considerado el lugar más romántico de Irlanda. Imprescindible de visitar.



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