Viajar en automóvil: el desafío de ser tu propio guia

Viajar en automóvil: el desafío de ser tu propio guia


Un viaje en automóvil nos da una gran ventaja… la de no estar atados a horarios, tarifas y recorridos fijados por las empresas de transporte. Pero a veces ir al volante se complica. Ya verán que elegir las rutas y manejar nuestros propios horarios puede ser un tanto engañoso.

Si quieres ser tu propio guà­a y conductor, te ofrecemos una pequeña ayuda antes de lanzarte a la aventura.

Los que ya lo han hecho y los que viajan en automóvil por primera vez tienen un desafà­o: tener todo lo suficientemente organizado como para evitar problemas, pero tampoco exageradamente organizado para no perderse las sorpresas que los esperan en el camino.

Lo más importante es saber definir bien el recorrido principal. Esto es, cuáles son los destinos que queremos visitar y a partir de ahà­, marcar la ruta más coherente de ida y de vuelta. No dejemos de lado que en la misma ruta suelen haber cientos de sitios interesantes de los que no sabemos nada y que seguramente querremos conocer… y eso llevará su tiempo. El factor tiempo es otra variable decisiva. Siempre se tiene un tiempo là­mite de viaje, que puede variar de unos dà­as hasta unos meses (en los casos más afortunados).

Siempre es conveniente que sea más de uno el que sepa conducir. De lo contrario, el pobre chofer terminará agotado en los viajes largos, se perderá del paisaje y además, tendrán que hacer paradas más seguido, perdiendo el valioso tiempo de las vacaciones. Sin embargo, cuando es uno sólo el que maneja el automóvil, el o los acompañantes tendrán la tarea de hacer que se siente lo más cómodo posible. Siempre es bueno sentirse a gusto y disfrutar del viaje por eso no se olviden de la música, sobre todo en los trayectos más largos. Podrán escuchar la radio de las estaciones locales o bien llevar sus propios discos o casettes.


Nuestra guà­a de rutas


Todos los viajeros de carretera llevan consigo un gran libro con las rutas de los destinos que visitarán. Este atlas de rutas, si está bien diseñado, no sólo marca cuáles son los caminos que puedes tomar, sino también en qué condición están. No es lo mismo viajar por la autopista que tomar una senda de tierra. Por eso es imprescindible que tu guà­a de carreteras esté actualizada y que incluya esta información, asà­ sabrás qué camino conviene que tomes y podrás ahorrarte unas cuantas desilusiones.


El camino coherente


Siempre y cuando estés acotado con el tiempo, deberás elegir el camino más directo hacia todos los destinos. Está de más decir que el más directo no es siempre el de menos curvas o tramos, sino también el más rápido.

Si has pensado en recorrer todo un estado, fà­jate bien antes de planificar tu ruta. Menos es más y el camino más coherente es aquel que te haga conocer y disfrutar más, no el que te obligue a conducir dà­a y noche para llegar a todas las ciudades que tenà­as en mente visitar. Por eso es esencial limitar nuestro itinerario a unos pocos puntos del mapa, y en lo posible, que estén lo bastante cerca el uno del otro.

Otro dato a tener en cuenta es la vuelta a casa. A veces los viajeros suelen plantear una ruta directa, pero hacia un destino muy lejano y el regreso a casa se torna lento y cansador. A no olvidarse: no muy lejos de casa, no muy lejos un lugar del otro.

La movilidad y el hospedaje


Cuando contamos con nuestro propio vehà­culo la búsqueda de hospedaje se torna mucho más fácil porque ya no interesa que el hotel esté en el centro de la ciudad o en las afueras. Mejor aún, el hospedaje en las afueras es generalmente más económico que el céntrico, pero este tipo de hospedajes es a veces un dolor de cabeza cuando se encuentran demasiado alejados de la zona turà­stica que deseamos visitar.



Si todos los dà­as debemos conducir 5km. para hacer una excursión o pasear por la ciudad, esto significa que el hotel que tenà­amos en vista queda totalmente descartado. El automóvil debe facilitarnos el transporte de un destino al otro, pero no deben dejarse llevar por esta gran ventaja y omitir las pequeñas distancias diarias.

Muchas cosas por descubrir


¿Tienes tu itinerario bien marcado dà­a por dà­a? No te dejes tentar por una organización extrema y déjate llevar por la aventura. Cuando vas en tu automóvil hay pocas cosas que detendrán tu curiosidad. Los mejores guà­as los encontrarás en el camino… si sabes preguntar. Ya sea la persona que atiende un hotel, el mesero de un restaurante, o mismo el comerciante de una tienda de comestibles, todos podrán recomendarte sitios imperdibles para que visites. Y no es que sean guà­an turà­sticos, es que conocen bien la región donde viven. ¿O acaso tú no podrà­as aconsejar a un extraño que está de paseo en tu ciudad?

Siempre y cuando estas recomendaciones no se ubiquen muy lejos de tu trayecto, será bueno confiar en los lugareños para descubrir sitios nuevos. Tampoco te olvides de las oficinas de informes. Las hay en todos los pueblos y tienen como único fin orientarte en tu viaje para que sepas qué destinos valen la pena. Allà­ podrás darte una idea bastante amplia de las principales atracciones y los albergues de la zona.


Lo que no debe faltar


Cuando recorres largas distancias en tu automóvil, ya sea que viajes solo o acompañado, hay ciertas cosas que te serán de gran utilidad. A continuación, una lista de los objetos que no pueden faltar dentro de tu coche:

Seguro: Si aún no posees seguro automotor, es hora que empieces a gestar uno. Nunca sabemos lo que puede llegar a suceder en un viaje largo y no contar con un seguro puede costarnos un gran dolor de cabeza.

Papeles: Los papeles del vehà­culo deben estar al dà­a; también tu registro de conductor. Si no estás seguro, verifica que todos los documentos estén en orden y comienza a tramitar los que te falten.

Plano de carreteras o GPS: Es indispensable en cualquier viaje. Sin una guà­a o un GPS es casi imposible viajar si no conoces bien los caminos.

Aceite y gasolina: Cualquier conductor experimentado sabe que hay estar prevenido ante cualquier emergencia. Siempre lleva dentro de tu automóvil una botella de aceite y otra de combustible.

Teléfonos y direcciones: Si has hecho los deberes y tienes tus reservas en los alojamientos, no te olvides llevar anotados los teléfonos y direcciones. Nunca está de más incluir una pequeña guà­a de cómo llegar a cada uno de los alojamientos o su ubicación dentro de las ciudades o pueblos.

Música: Siempre que lleves música contigo el viaje se hará más ameno. Si no posees un equipo de música para tu vehà­culo, seguro podrás conseguir una radio portátil con baterà­as.

Hielera: Si eres de los que tienen todo pensado, ya se te habrá ocurrido llevar alguna provisión para el camino. Si es posible alà­state una conservadora de alimentos. Puede no ser muy grande, pero podrás llevar en ella alimentos y bebidas que se mantendrán frescos por unas cuantas horas.

Viajar en automóvil nos da riendas sueltas para perdernos por el mundo, sin horarios y casi sin destino. Sólo hace falta un poco de planificación. Recuerda que unos dà­as antes del viaje debes llevar el vehà­culo a un taller de mecánica para cerciorarte que todo esté en orden y hacer algunos ajustes. Después ya puedes marchar a tu gran aventura.



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